-Jack, no creo que esto sea una buena idea… -la joven shinigami, miraba nerviosamente a su acompañante en la cabina de aquella maquina.
-¡¡¡¡Alla voy!!!! –gritó Jack sin prestarle atención, al tiempo que presionaba los mandos de aquel enorme y purpura robot humanoide.
5 minutos antes…
-No puedo creerlo, ¿qué está haciendo un Evangelion en este lugar? -Jack miraba con sorpresa al enorme Robot purpura que se elevaba frente a él.
-¿Evangelion? –la chica de bata negra miraba aún más sorprendida la inmensa maquina.
Jack no respondió. Caminó lentamente hacia el EVA y lo tocó. Entonces, como por arte de magia, el mecha se activó.
-Con este mecha podré acabar con aquel monstruo antes de que lastime a alguien más… -Jack elevó la vista y miro el rostro del Evangelion. Había tomado una decisión.
-No estás hablando enserio cierto –la shinigami no creía a sus oídos, ¿acaso su capitán no le había dicho que Jack era un simple médico? –Jack, un doctor como tú nunca podría ser el piloto de una maquina como esta...
-Nunca subestimes el poder de un hombre, chica –dijo Jack y sonrió confiadamente.
El presente…
Yoshiel el vengador se encontraba inmóvil, acechante, en el lugar donde había aplastado a Seiya. Frente a él, a varios metros de distancia, la tierra temblaba y se hacia pedazos. Una enorme cabeza metálica de ojos largos y amarillentos, coronada con una afilada asta, apareció de pronto. Instantes después el cuerpo purpura de aquella maquina, el cual lucía casi humano, emergió por completo de las profundidades.
-¡Prepárate a recibir tu justo castigo, bestia! –gritó Jack y presionó decididamente los mandos del mecha.
-No creo que el ángel pueda oírte, Jack –pensó resignada la joven shinigami, mientras miraba como Yoshiel empezaba a correr en contra de ellos.
25 años antes…
-¡Ríndete villano! ¡Jamás escaparás de John Locke y su equipo científico ninja!
¡Muajajajaja! ¡Has caído en mi trampa John Locke! –el misterioso villano encapuchado reía con demencia- ¡Ahora nada podrá evitar el segundo impacto!
-¡Aghh! –Un extraño dolor se apoderó de John. Momentos después todo se volvió oscuro.
El presente…
El poderoso puño del EVA-01 impactó directamente en el rostro de Yoshiel. El rostro de la bestia, parecido al de un dinosaurio, se contrajo en un rictus de dolor a medida que el brazo del mecha purpura continuaba su devastador avance. Instantes después, Yoshiel el vengador volaba por los aires y caía unos metros más allá en medio de un estruendo ensordecedor.
-¡Esto es por Seiya, bastardo! –gritó Jack, disponiéndose a continuar su ataque.
-Increíble… -musitó la shinigami, impactada por el impresionante gar de Jack.
-Te dije que acabaría con este monstruo, ¿no es cierto? –Jack la miró con un instante con una confiada sonrisa, luego dirigió su atención a Yoshiel, el cual comenzaba a incorporarse– Por cierto, aún no me has dicho tu nombre… -agregó el médico, al tiempo que presionaba nuevamente los controles del EVA.
La chica lo miró un instante sin decir palabra.
-Isami –dijo finalmente, mientras Jack se preparaba a descargar un nuevo golpe al rostro de Yoshiel -Isami Rin.
25 años antes…
John Locke abrió lentamente sus ojos para encontrarse con un blanco cuarto de hospital. Una joven enfermera se encontraba a su lado, ajustando un catéter.
-¡Por fin ha despertado! –exclamó aliviada la chica ni bien se dio cuenta de que John había abierto los ojos.
-¿Dónde estoy? –preguntó John con débil voz y visiblemente confundido.
-Nos encontramos en el Hospital del sagrado corazón –respondió la atractiva enfermera con una amable sonrisa.
Aquellas palabras terminaron por aclarar la conciencia de John. El recuerdo de lo que había pasado irrumpió en su mente como un relámpago.
-¡¿Cómo están Jun, Joe, Ryu y Jinpei?! –John intentó incorporarse pero la enfermera lo detuvo.
-¡Por favor, tranquilícese! –la joven lo miró con preocupación- ¡sus heridas aún son delicadas!
-¿Cómo están Jun, Joe, Ryu y Jinpei? –dijo John mientras tomaba del brazo a la joven y sus ojos se clavaban en los de ella.
-Ellos… -la joven bajo la vista, incapaz de enfrentar aquella mirada- yo… lo siento mucho…
El presente…
Una poderosa patada del EVA-01 golpeó a Yoshiel en la boca del estomago. El monstruo, incapaz de mantenerse en pie, cayó estrepitosamente de rodillas al suelo. El mecha levantó entonces ambas manos al cielo y tras unirlas, se preparó para darle el golpe final a aquella bestia. Sin embargo, algo que Jack no se esperaba ocurrió entonces: una luz roja comenzó entonces a parpadear en el tablero de control del mecha. Se trataba de un indicador circular, en cuyo centro se encontraban los signos 18+, los cuales estaban cruzados por una línea roja diagonal.
-¡Advertencia, advertencia! -una voz mecánica comenzó a resonar en la cabina del EVA-01- ¡el tiempo máximo en que un piloto que no es un púber adolescente puede controlar la unidad ha sido alcanzado! ¡Apagando todos los sistemas!
Para sorpresa de Jack y de Rin, la cabina se sumió entonces completamente en la oscuridad. El EVA-01 quedó inmóvil, aún con ambos brazos unidos sobre su cabeza.
¿Jack? –Rin miró preocupada a su acompañante.
¡Rayos! –Jack golpeó con fuerza el ahora desactivado tablero de control.
En otro lugar…
-El primer sello pronto desaparecerá, Hinoto –Aquella fría voz parecía provenir de todas partes.
-Eso es… -la princesa Hinoto guardó silencio.
-¿No me digas que aún crees en aquel hombre? –la grave y gélida voz tenía un tono de burla.
La princesa Hinoto no respondió. Mientras una silenciosa lágrima acariciaba tenuemente sus mejillas, sus manos apretaron con fuerza una pequeña figura: un llavero con la forma de Optimus Prime.
En la isla misteriosa…
El EVA-01, boca abajo en el suelo de la planicie, era pateado brutalmente por Yoshiel. En el interior de la cabina, Jack y Rin se sujetaban con todas sus fuerzas a sus asientos.
-¡¿Alguna otras brillante idea?! –dijo Rin, al tiempo que se preparaba para una nueva embestida del ángel.
-Aún tenemos una posibilidad –replicó Jack mientras observaba el tablero de control –si puedo anular el seguro digital que mi padre colocó en este Evangelion, quizás pueda…
-¡No creo que tengamos tiempo de que anules nada, tu… tu… idiota! –le interrumpió una furiosa Rin. Segundos después la cabina del mecha se sacudió violentamente como resultado de un nuevo golpe de Yoshiel.
-¡El presidente del club de fans de Optimus Prime nunca se rinde! –replicó Jack, al tiempo que un poderoso fuego comenzaba a brillar en sus ojos. Acto seguido, retiró con presteza los dispositivos de seguridad que lo sujetaban a su asiento y se inclinó lo más que pudo hacia el tablero de control.
En el exterior del EVA-01, Yoshiel se preparó para dar un nuevo golpe a su caído enemigo. Antes de que lograra conectarlo, sin embargo, un haz de luz ardiente lo golpeó en la espalda. El monstruo emitió un terrible rugido y giró amenazadoramente en busca del origen del nuevo dolor que experimentaba. En el linde de la planicie con el bosque, sus ojos inyectados en sangre se encontraron con tres nuevos mechas: eran más pequeños que el Evangelion y también menos humanoides. Las formas cuadradas primaban en ellos.
Dentro del robot que se encontraba más cercano a Yoshiel y al postrado EVA-01, John Locke sonrió. Había recuperado su espíritu de lucha. “Salva al médico, salva al mundo” pensó John y acto seguido, presionó con fuerza los controles de su nuevo mecha.